miércoles, 17 de noviembre de 2010

UN PUÑADO DE VALIENTES

A estas alturas que está claro que España no sale la crisis ni en 3 ni en 5 años,  lo que se echa en falta es una visión consensuada de lo que se aspira a ser como país en por lo menos 15 años. Esto permitiría enfocar los esfuerzos, recursos e ilusiones de la gente, y orientar las transformaciones necesarias  en las políticas públicas, en el sistema educativo y definir nuevos estímulos al sector productivo. En esta nueva etapa el consumo interno no va a aportar mucho más al crecimiento económico, y los grandes grupos empresariales nacidos en las últimas décadas dependerán cada vez menos del mercado local.  Ahora comenzamos a entender que la salida de la crisis pasa en mayor o menor medida por la construcción de un tejido empresarial constituido por PYMES con vocación netamente exportadora y creadora de productos de alto valor agregado. Esta es una fórmula vieja: son las PYMES exportadoras de productos de alto valor agregado las que históricamente le han dado robustez a las economías de países como Alemania, Holanda, Dinamarca ó Suecia, y no solamente sus grandes empresas como SAP, Philips, Vestas o Volvo (que en su momento también fueron PYMES).

Sin embargo, el reto de construir un universo de PYMES creativas y exportadoras en apenas 15 años tiene unas proporciones titánicas en España, pues independientemente que el Estado pueda generar las políticas necesarias en relativamente poco tiempo, es necesario promover un cambio sustancial en los valores y las motivaciones de la gente - sobre todo los jóvenes - lo que es imposible sin una revolución en el sistema educativo.  De un sistema que enfatiza exageradamente el uso de la memoria, que es agobiante y frustrante (bien lo sabemos los que tenemos hijos en primaria y en la ESO), que parece diseñado para producir personas “uniformes”, obedientes empleados corporativos  o del sector público, es necesario pasar a un sistema que aproveche las potencialidades creativas y la iniciativa individual de chicos y chicas que han nacido conectados a internet,  tienen acceso a todo tipo de información, que adoptan de forma natural las nuevas tecnologías, que no tienen miedo a los idiomas extranjeros , y que poseen sus propias fórmulas para discriminar lo que les interesa y lo que no les interesa dentro de la avalancha informativa del mundo actual.

Para ilustrar un poco el punto de partida y dar una idea de las dimensiones del esfuerzo necesario para transformar la economía, quisiera comparar a España con tres países que han estimulado de forma decidida el desarrollo de una industria de SW exportadora durante las últimas dos décadas: Israel, Finlandia y Uruguay. Vale la pena señalar que Estados Unidos y Alemania fueron excluidos deliberada de este análisis, pues no caben comparaciones con las potencias tecnológicas de siempre.  El análisis está enfocado en el valor y las exportaciones generadas por las empresas que producen software como un producto estándar (escalable comercialmente, y que requieren de fuertes inversiones en I+D), y excluye las empresas  servicios de TI que desarrollan soluciones a medida (no escalables), que implementan soluciones de terceros, o que prestan servicios de outsourcing de TI o BPO.





Como es lógico, el éxito logrado por Israel, Finlandia y Uruguay en el desarrollo de sus respectivas industrias de software no fue fortuito, sino que es el resultado de un conjunto de esfuerzos concertados dentro de una política de Estado. El cuadro que se muestra a continuación trata de resumir lo que cada uno de estos países ha hecho para desarrollar sus industrias de software.



Dicho todo lo anterior, quiero cerrar este artículo saludando a un puñado de valientes: unos pocos emprendedores españoles que años atrás,  cuando la inversión inmobiliaria daba retornos por encima del 10% anual con un riesgo teóricamente “bajo”, decidieron poner su dinero, su tiempo, su ilusión y su esfuerzo en sacar adelante empresas de software innovadoras y exportadoras. Algunas de ellas fallaron en el intento, pero otras han logrado tener éxito sin ventajas fiscales para su actividad económica, sin incentivos a la compra de software nacional, sin políticas de estímulo a la exportación de sus productos. Me refiero a empresas como Openbravo (www.openbravo.com), quienes vieron que el futuro del ERP para PYMES se dirigía hacia modelos de “software libre” y entornos web, y desarrollaron una solución completa y robusta que hoy día se utiliza en alrededor de 50 países gracias a la contribución de una comunidad internacional de usuarios, partners y desarrolladores. También me refiero a empresas como Illuminate Solutions (http://www.illuminateinc.com), pionera a nivel mundial en tecnología CDBMS (Correlation Database Management Systems), capaz de revolucionar la forma como las empresas capturan y analizan sus datos de negocios por una fracción del coste que tiene hacerlo con los proveedores tradicionales de DBMS, y que hoy día está en proceso de expansión internacional. Igualmente me refiero a empresas de creación mucho más reciente, como por ejemplo Mykoots Tech (www.mykoots.com), que entendiendo que el rediseño de procesos y la evolución de los modelos de negocio de muchas industrias pasa por la adopción de tecnologías M2M (machine to machine),  han desarrollado una plataforma M2M flexible, segura y completa, con clara vocación de expansión internacional a corto plazo.


A estos españoles valientes, y a otros cuantos como ellos, les presento mis respetos y mis mejores deseos. Si en vez de decenas fueran miles, en este momento estaríamos viendo la crisis con otra cara.



No hay comentarios:

Publicar un comentario